La primera vez que fui a USA, a New Jersey, estaba algo palteado, con el temor de no entender las órdenes de los agentes policiales y funcionarios del aeropuerto de Newark, así que me puse en modo de alerta máxima para captar todas las instrucciones e incluso adelantarme proactivamente a algunas que eran muy evidentes…
Tenía a la mano mi pasaporte y mi visa y puse cara de persona normal (se me hace un poco difícil…), reprimí mi manía de hacer bromas estúpidas relacionadas a temas delicados (recomendación repetida hasta el cansancio por mi flaca…), respiraba profundo… Avanzaba eficientemente por todos los procedimientos de migraciones, sin mirar a los ojos de nadie…sólo me dediqué a obedecer y obedecer… faltaba poco ya para la autentificación biométrica en donde un aparato iba a reconocer el iris de mi ojo con una iluminación infrarroja que reduce el reflejo en la córnea para poder visualizar óptimamente las estructuras complejas del iris… así que antes de llegar al aparato reconocedor ese, comencé a parpadear rapidito y a tratar de generar algo de lágrimas para lubricar y limpiar mi retina para facilitar el procedimiento del reconocimiento del iris… Ya en la ventanilla entrego mis documentos – y a lo lejos me observaba algo nerviosa mi flaca -, y proactivamente, adivinando la orden del procedimiento de reconocimiento biométrico, me acerco al aparato y poso mi ojo derecho (al que previamente le había rizado las pestañas) en una especie de cámara fotográfica, y me detengo en esa posición por algunos segundos…. Supuse que ya había dado el tiempo necesario y suficiente para que mi iris sea reconocido, así que me enderecé con gran aplomo y miré al funcionario norteamericano de la ventanilla para que me diera el OK, pero noté que su cara de poto se había transformado esbozando una sonrisa mal disimulada… en ese mismo instante sentí un grito telepático de mi adorada esposa que estaba horrorizada… hasta que en ese instante me di cuenta rapidito que en ese aeropuerto no existía reconocimiento biométrico, y que ese dispositivo al que me había acercado, era solamente una simple cámara fotográfica digital.
Bueno, me decepcionaron las medidas de seguridad de ese aeropuerto. Obviamente que el funcionario norteamericano, muy avergonzado, sólo atinó a pedirme que no me moviera mucho para tomarme la simple foto…