viernes, 11 de octubre de 2019

Decisión acertada


Cuando laboraba en Moyobamba, en el Proyecto Especial Alto Mayo, en la Sub Gerencia de Infraestructura Social, esperaba con ansias el fin de mes en que venía a Lima para estar valiosas horas con mi enamorada a la que inundaba de besos (con los respectivos devengados de los días del mes en que no estaba con Ella)…Los vuelos (en avión) con las benditas turbulencias me aterrorizaban tanto que preferiría no volar, pero el amor opacaba ese temor, así que la tortura que en ese tiempo para mí significaba la idea de morir sin haber cumplido mis sueños, se eclipsaba con la compensación de los besos a mi (y de mi) amada.

Ese día y medio cada mes en Lima para mí era la gloria…paraba con mi flaca, y también con mi vieja, que tampoco quería separarse de mí, casi obstaculizando la intimidad que mi flaca y yo merecíamos después de un mes de no vernos.

En ese entonces no existían los celulares, y la comunicación telefónica era complicada, y las llamadas a larga distancia las tenía que hacer a través de las cabinas de Entel (La empresa estatal de telecomunicaciones ….no la empresa Chilena actual - con el mismo nombre- que reemplazó a Nextel…). Todos los fines de semana llamaba largos minutos a mi amada desde Moyobamba, para contarle las experiencias de la semana (todas muy sanas por cierto), y para hacerla reir, pues sabía lo triste que estaba sin mí, así como yo lo estaba sin Ella…. No obstante, esos minutos con mi flaca eran interrumpidos por mi vieja que también quería hablar conmigo:

-       Hijito, cómo estás? Ten cuidado con los narcos y los subversivos…Ah! Cuídate de las charapas…Abrígate en las noches (con tanto calor no podía cumplir ese recado…)…No tomes… Te extraño mucho…No te amanezcas estudiando…descansa…vienes este fin de mes, no?...Cuando vengas te preparo tu cebiche, tu arroz con pollo y tu lomo saltado…(Etcétera, etcétera)

-       …Ta que, ya mamá….déjame hablar con Miriam pe…

Y así, todas las semanas … Mi vieja me quitaba valiosos minutos de conversación con mi amada…. Y sutilmente yo la cortaba para que me deje hablar con Miriam…para evitar echar más monedas en la ranura del aparato…

Hasta que en una llamada telefónica en la cabina, mientras afuera había una tormenta, y la lluvia caía haciendo más bulla que de costumbre, me contesta mi vieja, y la noté entusiasta y triste a la vez, y me empezó a poner al día de todas las ocurrencias de la semana en Lima…. En ese momento pensé en que Ella en algún momento ya no estaría en este mundo y me imaginé lo que pagaría para poder hablar aunque sea un minuto con Ella…en ese momento, eché todas las monedas que tenía y con un interés real e intenso, empecé a gozar cada palabra que me decía, a saborear cada frase, cada silencio…Y así, cada semana, mi perspectiva ya cambiada, hizo que gozara mucho más la conversación telefónica con mi vieja…también.

Entendí que la palabra “o” sí se puede reemplazar por la palabra “y”, y comencé a conversar las semanas siguientes con mi flaca y con mi vieja, pensando en que no podía desperdiciar esa bendición de tener viva a mi vieja.

Al pasar los años, veo que fue una decisión muy acertada.

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