Cuando era pequeño, mi madre me bañaba en una tina…..esto no tendría nada de raro a no ser que les diga que en esa tina nos bañaba a mis tres hermanos y a mí, aunque no en forma simultánea, sino que en forma paulatina iba metiendo uno a uno (por orden de edad, empezando por el menor). Comenzaba – con el agua bien calientita -con mi hermano Ramón, que como era bebito, a veces se orinaba clandestinamente en el agua limpia, pero no se notaba porque el agua estaba jabonosa. Luego lo sacaban para secarlo y ponerlo en su cuna, y era el turno de mi hermana Virleta (Tita), que iba espesando el agua y su color se hacía más oscuro. Mi hermana chapoteaba y chapoteaba, y se le caían los moquitos, que se confundían como si fuera champú en el agua que me esperaba al final…….Una vez que mi madre retiraba de la tina a Tita, era el turno de mi hermano Rául. Como Raúl era muy inquieto, era evidente que sudaba mucho (y ese sudor, más el polvo y la tierra, se le secaba en la piel), por lo que horrorizado yo veía que el agua se ponía cada vez más y más negra y espesa….y fría, casi helada.
Mientras mi hermano se bañaba, yo esperaba angustiado (mismo condenado antes de ser ahorcado….). Hasta que mi mamá me llamaba, y me decía: Ya hijo, ven!…..Obviamente, yo me negaba, y Ella creía que lo hacía porque no me gustaba el agua o el baño….pero el agua ya parecía lodo, y además de helada, ni espuma salía….hasta que de un solo golpe, ¡al agua! ….Yo pataleaba, pero inútil, no podía huir…..
Mientras mi hermano se bañaba, yo esperaba angustiado (mismo condenado antes de ser ahorcado….). Hasta que mi mamá me llamaba, y me decía: Ya hijo, ven!…..Obviamente, yo me negaba, y Ella creía que lo hacía porque no me gustaba el agua o el baño….pero el agua ya parecía lodo, y además de helada, ni espuma salía….hasta que de un solo golpe, ¡al agua! ….Yo pataleaba, pero inútil, no podía huir…..
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